En el proceso de maduración natural de la yerba, el período que va de los 18 a 25 meses es esencial. La yerba adquiere cualidades que, con menos estacionamiento y maduración, serían imposibles. Entre estas ventajas, está el hecho de que no produce acidez, su sabor es más suave, su aroma es delicado y por supuesto, es más duradera.